Solo es un sueño...

Toda mi vida he soñado, intentando descubrir cuál de todas las cosas reales e irreales eran verdaderas, ¿cuántas veces te abras preguntado si aquella cosa era un sueño? ¿O una pesadilla? muchas veces hemos querido despertar de la vida real rezando porque todo fuera un mal sueño.
Tranquilo... Solo es un sueño...

jueves, 24 de junio de 2010

...sentimientos... (v.2)



Al final es el mismo baile una y otra vez… Todos se dañan unos a otros por sus mascaras de dolor…
Me siento tan sola…
En una playa llena de gente que solo mira por su bien, nadie depende de nadie, y quien lo hace acaba dañado por esa persona, yo misma daño a la gente que me rodea con mi aislamiento pero ellos mismos se lo buscan de un modo u otro, he aprendido que mismamente yo no soy una buena persona, algunos dirán que si, otros lo negaran rotundamente.
Os contare un secreto, en este baile de mascaras solo doy pie a que me vean sin mascara las personas que se lo merecen de verdad, a nadie más… La gente me cae mal porque sí, no doy motivos ninguno, simplemente, me caen mal ¿Por qué? Os lo contare, siempre que me cae mal alguien tiene un motivo infundado bastante grande, aunque no diré exactamente quienes son esas personas.
En una hoguera el fuego baila siguiendo el son de la música inaudible de este baile, las cenizas vuelan al viento como centelleantes luciérnagas arremolinadas entre ellas, la brisa de un oscuro mar de angustia revuelve sus cenizas al igual que sus corazones. Aun rodeada de gente, conocida, amigos de verdad, sigo sintiendo una soledad muy fuerte que me oprime el pecho y me provoca querer llorar. Lágrimas, corren por mis mejillas como cuando era una cría. El peso de una amistad puede ser más o menos pesado, todo depende de cuanta es la confianza que depositan en ti, al ser mucha el peso incrementa notoriamente, pero también puede disminuir, dependiendo de los acontecimientos, acertados o erróneos que pueda cometer la persona en concreto… Es tan complicado de escribir…
“Amigos” es una bonita palabra, pero difícil de utilizar, muy difícil. Amigos se llaman los niños los unos a los otros cuando juegan una sola vez en algún parque, nada más conocerse. Qué fácil es en ese entonces… Pero cuando la persona va creciendo, los “amigos” disminuyen con demasiada facilidad. Podríamos denominar a esos “falsos amigos”, yo como al igual que las personas también tengo de esos y a las personas también a veces a mi me consideran también una de esas personas, ¿El por qué? No me importan las personas que dañan a mis verdaderos amigos con sus horribles mascaras. Las personas que se quedan contigo, que conoces a lo largo del camino que es la vida, y te apoyan en lo bueno y en lo malo, eso sí son amigos de verdad. Poca gente es así, a poca gente me abro de ese modo, por temor. Pero a los que encuentro no quiero perderlos.
Una vez un amigo me dijo:
-Eres una cabezota…
Lo soy, y más si es por algo que tengo que serlo, como apoyarle o ayudarle en lo que pueda, aunque me caiga mil veces yo llegaría hasta donde fuese por un amigo así. Aunque me hablen mal de la persona, aunque a veces no me haga caso o se enoje por algún motivo lejano, yo estaré allí ¿Por qué? No se… Preguntarle a la palabra a la que llamáis amistad.

martes, 8 de junio de 2010

Sentimientos...



Otra vez ese maldito dolor en el pecho…esa sensación de ser apuñalada... ese dolor de ver a alguien sufriendo… y ese algo que te dice que es culpa tuya…

Otra vez las lagrimas, fría, dolorosa, resbalan por mi mejilla…

Me odio…, odio mi existencia, odio hacerle daño a la persona que más amo, a la gente que me rodea, no puedo ayudarles, soy incapaz de hacer nada bien

¿Por qué existo? El dolor y la tristeza solo son lo que ocupa mi destrozado corazón, odio verle sufrir… me siento mal, no puedo decírselo, se sentiría peor.

Mi alma cae hecha añicos cuando lo veo deprimido, y vuelve a renacer cuando sus labios me dicen que me ama…

Muchas veces siento el dolor del rechazo, muchas veces siento que nadie me quiere, me siento excluida del mundo, la gente me odia sin yo dar razones, simplemente lo hacen.

De nuevo, el dolor inunda mi pecho y mi boca dibuja una sonrisa. “No pueden verme triste, tienen que verme alegre siempre alegre…”

Me digo a mi misma mientras me coloco mi mascara y intento hacer feliz a la gente que me importa “quiero que por lo menos ellos sean felices…”

Mi mascara solo muestra una amplia sonrisa, ocultando mi dolor y mi pesar… “solo quiero que sean felices…” me vuelvo a repetir a mi misma mientras sigo con el baile de mascaras que es la vida.

Mucha gente lleva las suyas… “mira esa persona es tierna…”, cuando se quita la máscara un monstruo aparenta ser, “mira… él no tiene máscara… intenta hacer felices a todos…” me entristezco más. Yo antes era así, pero la vida me golpeó tantas veces que las lagrimas, los corazones en un puño y los nudos en la garganta tienen que quedar detrás de esta oscura máscara de dulces sonrisas.

Yo sé como es la gente…, sé distinguirla… tengo ese don, me molesta mucho cuando tropiezo con alguien que lleva una máscara de esas, son crueles… dañan a la gente, los odio.

Me dan ganas de gritarles, de mostrar mis lágrimas enfrascadas de herirles con su propia arma, pero… sigo siendo la misma tonta… la misma chica inocente que de vez en cuando necesita que la abracen… que la hagan sentir bien de verdad… que le den el aprecio que ella intenta dar.

Aunque siempre hay excepciones, gente buena que me aprecia, que me hace sentir bien, me alegro de haberlos conocido porque ellos hacen que el peso que siento en mi corazón se aligere un poco y pueda sonreír de verdad.

Doy gracias al cielo de haberlos conocido, de que mi camino de dolor a veces tenga paradas, para los mimos, abrazos y el apoyo incondicional que ellos me dan. Gracias le doy al destino por enseñarme que también hay gente en la que puedo confiar.

Historia de una muñeca



Cuando abrí los ojos padre ya no estaba. El mueble que antiguamente albergaba muñecas y algún que otro trasto estaba vacío y solo quedaba yo.

Padre… ¿Por qué? ¿Por qué me dejaste a medio hacer?

Simplemente no me entraba en mi pequeña cabeza que mi amado padre me hubiera abandonado.

Mi cuerpo y mis ropas estaban bien, cada cosa en su sitio, pero mi voz… Se había olvidado de mis cuerdas vocales, de mi caja de voz. La busqué desesperadamente por todas partes pero no la encontré… no encontré absolutamente nada., solo la caja en la que debía yacer durmiendo aguardando a mi nuevo dueño, pero sabía que nunca tendría un dueño que me quisiera.

Mucho tiempo después…

Padre… he vuelto a abrir mis ojos de cristal, estoy en una tienda rara, todo parece muy viejo y hay un señor con gafas de media luna que parece más viejo aún que las cosas que guarda…

A pasado una semana desde que desperté, la gente entra a ver las cosas del señor y este se las da por unas monedas o billetes.

Nadie se acerca a verme, me siento muy triste, mis cabellos y mi ropa se ensucian por el polvo acumulado al igual que mi rostro, parece que permaneceré aquí por mucho tiempo.

¡Padre! Hace unos días una mujer pareció fijarse en mí, hablo con el hombre pero este negó con la cabeza y la señora se fue algo triste; parece que no tenía para comprarme…

Hoy volvió a aparecer parece que sí que quería tenerme, le dio un reloj muy bonito a cambio de mi y el hombre lo acepto. Ahora mismo estoy en su casa, parece muy amable, nada más llegar me limpió y me arregló la ropa; su sonrisa es muy cálida y me hace sentir bien con sus hermosas palabras hacia mí. ¡Dijo que era bonita! Es la primera vez que me llaman así estoy muy feliz. Mis ojos brillan más que nunca y ella también me mira con ojos agradecidos, creo que le caigo bien. Pasan los días y me encuentro de maravilla, me hace ropita nueva y me la prueba, parezco modelo, me gusta mucho.

¡Papá! Hoy pasó algo muy malo… la señora parece que también está estropeada como yo, en estos momentos está sentada en una butaca sin poder moverse, parece que no le funcionan bien las juntas de las piernas, se calló cuando intento venir a cogerme. Papá por favor, ven y arréglala. Me siento triste porque no puedo ayudarla. Vinieron unos hombres, parece que se está poniendo peor, ahora va en una silla con ruedas grandes y se mueve por la casa con la ayuda de una mujer más joven.

Su piel se está volviendo del mismo color que las muñecas sin pintar que tu hacías, ahora me tiene en su mesita de noche así puede cogerme cuando lo desee. Sus ojos vivos en su momento se están volviendo vidriosos, habla conmigo mucho aunque menos de lo que hablaba, creo que está empeorando. Por las noches oigo como su respiración es poco continua, parece que le cuesta hacerlo. Temo que no pueda aguantar mucho más. Papá te lo suplico ven a ayudarla.

Este día es el más triste de toda mi existencia, la mujer de blancas mejillas y dulces ojos no los abrió hoy, cuando la mujer fue a despertarla no pudo ni abrirlos… por la noche sus palabras me despertaron, cuando abrí los ojos los suyos estaban llenos de lágrimas ahora la que llora soy yo, sus palabras aún retumban en mis oídos mientras que la chica corre a buscar ayuda.

“siento dejarte de nuevo sola…”

Una lágrima brotó de mis ojos de cristal recorriendo mi piel de porcelana para caer en la mano extendida de mi ama.