Vidas que te separan, lazos traslucidos que te unen. ¿En qué demonios piensas? La muerte de algo querido que pensaste que estaría ahí por siempre, hasta que un fatídico día lo pierdes, y se perdió, no hay, y no esta, su existencia ya no existe, su jaula esta bacía. Recuerdas los momentos en los que se escapaba de ella y simplemente te miraba mientras dormías desde el techo de esta, esperando a que te despertases y te sorprendiera diciéndote “mira, soy listo”, le tomaste un cariño inmenso a esa pequeña bolita que ahora solo vive en tus recuerdos y en los pequeños videos que le hiciste. Deseas que vuelva contigo pero es algo que sabes que nunca pasará porque la muerte es definitiva, te lleva y punto.
Sentimientos que creías de felicidad se convierten en llanto permanente, aunque recuerdes aquello que te hizo feliz, aunque te creas que seguramente pasó a una vida mejor, aunque se vuelva zombi lo seguirías queriendo. Diminuto ser, con tantísimas emociones que te procesaban, incluso se veía como una pequeña personita peludito y achuchable. Se fue. Adiós.
Sabes que con él se fue una parte de ti, la parte que le contaba cómo habías tenido el día o cuando jugaba con él metiéndotelo en el bolsillo de la camisa riendo por hacer chistes malos como “mira… es de bolsillo” y cosas así… Incluso cuando ponía el morrito entre las verjas y olisqueaba, que divertido era…
El nudo que se crea en tu garganta es fuerte, pero tienes que seguir adelante, cuidar de los demás y pensar en el bien de ellos. Nicky nunca podre olvidarte.
22/10/10
en mi corazón para siempre...
