Solo es un sueño...

Toda mi vida he soñado, intentando descubrir cuál de todas las cosas reales e irreales eran verdaderas, ¿cuántas veces te abras preguntado si aquella cosa era un sueño? ¿O una pesadilla? muchas veces hemos querido despertar de la vida real rezando porque todo fuera un mal sueño.
Tranquilo... Solo es un sueño...

lunes, 30 de mayo de 2011

Capitulo 1 (presentación)



Capitulo 1

Hola, soy Melany. Tengo 20 años y vivo en ciudad Media. En este lugar las calles siempre rebosan multitudes, como en todas las grandes ciudades hay mucha agitación. Todos los días son divertidos ya que huir de mis miedos siempre me llena de vitalidad. Los miedos aquí se llaman “Ängste” se personifican en animales y cuantos más tengas, mucho más grande será el animal. Yo una vez me encontré con un oso tan grande que una garra suya era toda mi pierna.
Las personas suelen huir de ellos, yo también lo hago, aunque también los afronto, con algo de ayuda. En este mundo las amistades vienen y se van son las llamadas “Glühwümchen” Son de gran ayuda aunque no siempre están y te las tienes que ingeniar solo para no morir.
En la ciudad hay muchos miedos, pero el miedo más grande de todos es encontrarte con tu propio miedo. Tu propio miedo es el miedo mayor, tiene la misma forma que tu y es mucho más listo. Que yo sepa, nunca nadie ha logrado vivir. Una vez vi uno, estaba acorralando a su “yo” humano. Era interesante y me pareció incluso atractivo.
Cabellos dorados algo revueltos y ondulados, parecía que un viento extraño los movía pero no había ni gota en aquel oscuro callejón. Sus ojos eran fríos cual gato, de un color celeste un tanto extraño, brillantes y opacos a la vez. La piel pálida y el aura de misterio me hacían querer saber más de él. Por su puesto su yo humano era parecido, pero no tan igual, sus ojos mostraban miedo y sus cabellos no eran tan brillantes, incluso su aura no era la misma.
“bien, pequeño, creo que aquí acaba nuestro encuentro”
El chico se levantó por la pared y se quedo mirando a su miedo. En cierto modo lo envidiaba yo también quería encontrarme con mi miedo, la curiosidad me hizo asomarme un poco más por la azotea en la que me encontraba.
-Dime… ¿qué harás después de matarme?
El chico brillante comenzó a reír para luego con una sonrisa ladina mirar fijamente a su víctima.
-por su puesto, ocupar tu lugar. Nosotros somos mucho más listos que nuestro creador, más fuertes, más resistentes y nuestra única meta es acabar con vuestras insignificantes vidas…
Eso nos dejó tanto al muchacho como a mi bastante cortados, ¿eso quería decir que alguien igual a mi quería matarme? Cuando el Miedo de aquel chico alzó su vista hacia mí con esa sonrisa ladina en su rostro me sorprendí. Así que había sabido desde el principio que yo me encontraba ahí, me separé como acto reflejo del borde de la azotea y el grito desgarrador del muchacho hizo que saliera corriendo escaleras abajo hacia la calle, seguí corriendo esquivando a personas, ¿iría después a por mí? “nuestra única meta es acabar con vuestras insignificantes vidas…” esa frase se me repetía una y otra vez mientras seguía corriendo. Acabé en un bar respirando con dificultad, una de las camareras me dijo que pasase y me sentase. En aquel lugar estaba tranquila. Pero… alzando mi mirada hacia los que allí se encontraban… ¿Quién serian humanos y quienes los miedos que ya habían suplantado a la gente?
Bajé mi vista hasta la mesa y suspiré con nerviosismo, tenía que calmarme, mientras la chica me pedía que le dijera lo que quería me calmé completamente.
-un chocolate caliente por favor…
Atine a decir mientras seguía algo agitada, mi corazón había dado un vuelco cuando aquel chico me había mirado sonriendo, era imposible. Una voz me hizo alzar la cabeza sorprendida y me echo hacia atrás en el sillón en el que me encontraba.
-una bebida dulce para una chica dulce ¿verdad?…
La primera visión mi mente la rechazó completamente, pero luego me tranquilicé, era uno de los chicos que había conocido en aquel lugar. Un chico de cabellos algo cortos y rubio oscuro. Con ojos grandes y azules oscuro, muy dulces y expresivos. Su piel era clara pero no tanto como la del otro chico. Tierno, sincero, simpático y también atractivo. Su nombre era…
-Trivi… me asustaste.
Logre decirle poniendo una de mis manos en el pecho y dando un gran suspiro, él se rió un poco mientras me miraba divertido.
-no sabía que ahora te asustaba…
Dijo con una mueca de pena mientras me miraba con ojitos, una falsa mueca ya que de vez en cuando se le escapaba una sonrisita, yo a su vez hinché las mejillas y me quedé mirándolo. No podía hacerme la enojada con él. Le mostré una sonrisa afectuosa.
-que va, no eres tú sino que pensé que era otra persona…
Al desviar mi mirada hacia el cristal me quedé blanca por unos instantes, aquella mirada fría, él estaba allí en mitad de la calle quieto, observándome y sonriendo con esa sonrisa ladina, mis manos comenzaron a temblar y una mano cálida me cogió la que tenía posada en la mesa. Al volver mi vista Trivi me miraba con preocupación. Entrelacé mi mano con la suya y le sonreí volviendo el color a mis mejillas, igual algo más fuerte ya que me sonrojé levemente.
-¿O-ocurre algo?
Me preguntó algo sonrojado y mirando hacia afuera con signos de preocupación, Eso era una de las cosas buenas que tenía este chico, siempre se preocupaba por mi y eso era de agradecer.
-No, no te preocupes, solo me pareció ver a un Ängste…
Al volver mi vista a la calle el muchacho había desaparecido y el cúmulo de gente iba y venía como de costumbre, la camarera me trajo el chocolate y él se pidió un café. Mientras lo tomábamos un incesante ir y venir de ideas acumulaban mi cabeza, cuando me di cuenta ya me había acabado mi chocolate y mi acompañante se reía porque me había manchado ligeramente en la comisura del labios, soltó mi mano levantándose y sentándose a mi lado. Me cogió el rostro con ambas manos y levemente sonrojado me miró acercando su rostro al mío y pasando su lengua por la comisura de mis labios quitándome el chocolate que tenía. Aunque nuestro sonrojo era mucho más fuerte él no quitó su acercamiento.
-yo te cuidaré no te preocupes…
Mis ojos se entrecerraron en ese instante y él acercó sus labios a los míos, ambos llegamos a rozar nuestros labios incluso sentía la respiración algo agitada de él…Mi corazón comenzó a agitarse, lo cierto era que Trivi me atraía, aunque por como éramos ambos nunca llegue a decirle nada, nuestros labios estaban a milímetros de juntarse.
Un carraspeo y nuestros cuerpos se separaron de manera automática, con los rostros de ambos sonrojados como tomates. La camarera. Venía a cobrar lo que nos habíamos tomado, Trivi pagó avergonzado y yo desvié la mirada para darme cuenta de que toda la cafetería se nos había quedado mirando, las miradas lascivas y las sonrisitas me hacían sonrojar incluso más de lo que ya estaba.
-Vámonos…
La mano de él cogió de nuevo la mía y nos fuimos, con paso rápido comenzamos a caminar por las calles evitando a gente. Al final llegamos a salvo a su alojamiento, él cerró la puerta del piso y suspiró apoyándose en esta.
-Lo-lo siento, Mel… no sé qué me paso en la cafetería…
Su rostro estaba cabizbajo y colorado y su mirada no llegaba a alzarse del suelo, me acerqué a él posando una de mis manos en su pecho y la otra acariciando su rostro haciendo así que me mirase. Me quedé unos minutos mirando sus ojos para luego abrir mis labios y hablar.
-¿de… verdad querías hacerlo?
Mis ojos seguían clavados en los de él mientras que mi labio inferior temblaba levemente, él sabía lo que me costaba quedarme fijamente mirando a alguien, su sonrojo aumento y asintió desviando la mirada nuevamente hasta la pared cercana. Tragué saliva y acerque mi rostro al suyo.
-e-entonces hazlo ahora… nadie nos molestará…
Susurré avergonzada por mis palabras bajé la mirada levemente a sus labios para luego volver a alzarla hasta sus oscuros ojos azules los cuales me observaban, me fui a separar un poco ya que en ese instante me parecía que debía hacerlo pero sus brazos anteriormente apoyados en la puerta ahora rodeaban mi cintura. Sus labios se unieron a los míos, tan cálidos… Nuestros labios se entrelazaron mientras mis ojos se cerraban y me apegaba más a él. Sus manos viajaron por mi espalda apegándome más a él. El beso seguía siendo cálido e iba volviéndose cada vez más apasionado hasta que un ruido en la casa nos hizo separarnos.
-¿Qué fue eso?
El muchacho se puso delante de mí y comenzó a caminar hacia donde había escuchado el ruido, al llegar al cuarto vimos como la ventana estaba rota y los cristales se esparcían por todo el suelo.
-Trivi…
Mi mano se estiró hacia él y de repente sentí un dolor intenso en mi cabeza y todo se volvió oscuro…


Se lo dedico a Luriant, que el pobre se quedó sin dormir por esperar a que yo misma me acostase, gracias n.n